Sí. El viernes se me escapó el nombre.
Son importantes los nombres. No nos definen pero somos poco sin ellos. No por llamarse uno Jaime va a ser alto o vivir en Lavapiés. No por llamarse Andrea va a ser feliz o deslenguada.
Michelle. Por supuesto que no es su verdadero nombre. Es más que probable que antes de acabar con este cuento pase a llamarse de otra manera.
Pero Luis, es que necesitaba un nombre. Necesitaba poco más que un nombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario