jueves, 15 de enero de 2015

Libro Tercero. Pasión.

   Aquí empieza, ¿quién nos lo iba a decir?, el tercer y último tomo de estas crónicas que tan a veces se nos vuelven marcianas. 

   Ya hace cien años que empezamos este viaje, aventura privada, y de todo ha habido. Pero las historias, o eso nos han dicho, tienen que tener su final.  Y ya va siendo hora de que este (tan pronosticado) se vaya viniendo.



 Como siempre, nos ha costado un algo de sudor encontrar el título adecuado. Como ya nos pasó para llamar Oído al primero de los libros y Vida al que le proseguía, en buena lógica el segundo.  

   A este, si el tiempo no lo remedia, hemos de llamarle Pasión, que es algo que según nos han advertido atrae mucho al lector. 












martes, 13 de enero de 2015


   Relee sus últimos días aquí, Gulliver, por coger el hilo. Si no recordamos mal, nosotros, hablaba del miedo. Y de la soledad, que le hacía crecer. Y de los recuerdos, que no sabe por qué demonios no terminan de venirle sin nublar. ¿Será la niebla, la persistente niebla? 

   No creo, la verdad, que él, entonces, se diera cuenta de esas cosas. Lo iba apercibiendo a pequeños traguitos, en cada situación concreta, en cómo se sentía con la suma de todas esas situaciones nuevas que le iban viniendo y con las que tenía que bregar. O, siendo preocupón, como era, con las que podrían llegar, que eran peores pero que no terminaron de llegar nunca.










lunes, 12 de enero de 2015

Apuntes del natural. Apunte 28. -Pale blue eyes-

   Voy andando por una calle de Burgos y veo, asomada a una ventana, a una niña (¿qué tendrá? Apenas dieciséis años). Está sacudiendo un edredón con la mano izquierda mientras que con la otra la veo embebida punteando con los dedos el teclado de su móvil.  

   Nunca me acuerdo de que yo también tengo y que lleva incluida, con en todos, una cámara de fotos. Tenía que haberme acordado para que te vieses.










viernes, 9 de enero de 2015

   Ya lo decía el sabio, que lo mejor de estas fiestas es que terminan acabándose. Y no es antes de hoy, todos los años, que me pongo medio contento por aquello de haber sobrevivido y por poder seguir contándolo. Desembocará la vida en otra primavera, los hados lo permitan, y así, claro, mientras se pueda, sucesivamente. 



   ¿Y a Gulliver, qué tal le han venido estos días de asueto? 

   No hemos debido preguntárselo, quizá, porque pone mueca de enfurruñarse, sobre todo con él mismo, por el tiempo malusado, y es capaz de quedarse mudo, entremetido en los pliegues de su enfado, y no contarnos nada. Y a ver así cómo lo hacemos.    


-.-

   Ya ves, Luis, empezamos este año fuerte. Con una voz grande en lo musical y con Teresa Peña. Será difícil así que no vaya mal, ¿no?