jueves, 20 de diciembre de 2012

El último Gulliver de 2012

   Y va a ser el último gulliver del año ya que te vas a pasar "estos días tan entrañables" a Florencia. Iba a hacerte la broma burda de incluir hoy una canción de Florence + The Machine, grupo con chica también y de muy rabiosa actualidad entre los últimos modernos. Ya sabes, justo detrás de los modernos, llegan empujando, con prisas y malas maneras, los últimos modernos y así ad infinitum

   Pero esta Florence ni es mi música ni es mi chica. No tiene lugar en el altarcillo de las deseadas.  Me pasa un poco como con la mujer de esta imagen. ¿Será que soy muy exigente? Ojala.




   Ellas.

   Así está claro que para este "hasta pronto" tengo que elegir algo especial que, aunque sea muy de tanto en cuanto, te acompañe en los sueños de tu viaje. Ya si logra humedecerlos, reconoce que pasarías a estar en deuda conmigo. Y no veas lo que yo me alegraría por ti.

   Así que vuelta la burra al trigo, a pasar el índice por los lomos de mis cedés, por los vinilos, a apretar con fuerza por ver si amarro al vuelo algún recuerdo inolvidable.

   Es amplio, el altarcito. Me acabo de dar cuenta. Y, aunque soy totalmente subjetivo en esta apreciación, de bastante calidad. Y moran en él marías magdalenas y otras santas más pudorosas pero no por ello menos cargadas de delicias.

   Para complicar un poco más la elección, he de tener muy en cuenta los que creo que son tus gustos. Y como de los musicales aún solo abrigo sospechas me tendré que inclinar por esos otros gustos, ya sabes. Sí que te agradecería esta vez que me indicases si acierto o yerro en mis creencias. 

   Pienso y pienso y vuelto a pensar.

   Elijo a Michelle Shocked


    Casi vino de la mano de la mucho más recatada Suzanne Vega de ayer. De ese tipo de recato te hablaba hace un par de párrafos (si tal puntualización fuese precisa). Eran tiempos segovianos y de repente apareció un álbum de una chica que sólo acompañaba su voz tocando una guitarra desnuda y delicada, española. Para colmo de nuestros gustos de ávidos e impresionables jovenzuelos, unos grillos pero que muy campestres dibujaban un fondo sonoro casi invisible. Si, era música para el anochecer. Para oír entre árboles viejos y callados. Y para más cojones y ya volvernos del todo locos, la chica lo había grabado ella sola, con la única ayuda de un walkman Sony. Sí, enloquecimos. No me dirás que no era para menos.

   Y quizá ahora toque otra vez, una vez más, querido Gulliver, hablar del tiempo y sus circunstancias. Del pasado fabricado con un montón de presentes puestos en fila india, uno tras otro bien apretaditos y no dejarles parar hasta que hayan confeccionado completo el camino que nos trae al aquí y al ahora. 

   Y es que también entonces pensábamos que ya estaba todo inventado. Oíamos a los Cure o a los Smith y nos gustaban. Y nos hacíamos, rápido y hambrientos, admiradores de esos grupos. Y nos aprendíamos de memoria sus canciones, para ser así más admiradores o al menos parecerlo. Pero ya entonces pensábamos que estaba todo inventado, que después de los Beatles y los Stones ya no podría nunca nada ser nuevo. Aunque después de los Stones y los Beatles (que algún día te contaré si tanto montan o no, para mí gusto) nos hubiesen venido a visitar  los Birds o los Doors o el Iggy Pop o incluso los Smiths. Y tantos y tantos y tantos más que además tanto nos gustaban.

   Grandiosos. Pero no dejaban de ser otra manifestación más de música rock. Total que llega esa chica, de nuestra edad y con aquel careto sincero y travieso, y con su guitarra y una grabadora de la señorita Pepis hace algo que suena muy bien y que es nuevo porque añade algo más que tocar con la guitarrita de los cojones y los grillos. No sé si me estoy explicando. A eso deben de llamar los politicastros analfabetos y ladrones "poner en valor".

   Pero no te vayas por esos derroteros que te enciendes, amigo Gulliver.  

   Michelle Shocked es un apodo, lo mismo que Juan Gris. Te lo digo porque, torpe que es uno, me acabo de enterar. Juan Gris, Juan Gris, me parecía un nombre bastante probable.

¿Michelle Shocked pintada por Juan Gris?































 


    El apodo de nuestra princesa de hoy tiene su aquel.   'Miss Shell Shocked" es una referencia directa a la "mirada de mil metros", que es el término que, tras la Primera Guerra Mundial, se empezó a utilizar para describir a las víctimas de la neurosis provocadas por el conflicto. Gente corriente, cuya apariencia era la de haber sobrevivido muy bien a ese terror, cuando, en realidad, en su interior, sus mentes estaban fundidas. Michelle utilizó por primera vez ese nom de guerre en 1984 en la Convención Demócrata de San Francisco, donde fue arrestada por manifestarse contra las empresas que contribuyen con dinero a las campañas de los partidos  Demócrata y Republicano.

   Pero no nos pongamos anecdotarios. Burdas nubes de humo para ocultarte, o al menos posponerte, el problema que me embarga y que va a ensombrecer, sin duda, la prestancia que estaba adquiriendo la entrada de hoy.

   Y es que en el omnipotente youtube (de mis cojones) no aparece ninguna versión del disco de marras. Gulliver me ha chivado que a grandes males, grandes remedios. Se ve que está retrechero. Me pongo a buscar el disco en Spotify, herramienta imprescindible para los músicaheridos que desde hoy te recomiendo. En ella está todo, rezan sus eslóganes. Pero ya ves cuán mentiroso es el ciberespacio. Naaaada. Ni una canción del disquito. Así que no queda otra. Me he puesto tajante y la he colgado de mi fiel mula, el programa emule, que me es el más fiel para los casos difíciles. Está, peeeero... pues que como su nombre indica, va al paso de la burra. Bien puede tardarte medio minuto en bajarte una canción de moda que quedarse mudo para siempre jamás. para las venidas de mi hermano, no suele fallarme y me tiene preparado el paquetito antes de su partida. Hoy, no sé. Ten en cuenta que escribo esto en lo que para ti será ayer. Una noche te doy, mulita, una noche.

   Pero no hemos de acabar este blog de tan calientes colores con tristeza y refunfuñe. 

   Si quieres ver a Miss Shell en movimiento, aquí te dejo este vídeo. Y si ansias más o eres aventurero, y quieres ver cómo va envejeciendo, también te pongo el enlace de una actuación de este mismo año, en apoyo del movimiento Occupy Wall Street


miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿Cómo no? Otra chica

   ...aunque si no peina canas es gracias al Grecian 2000 o potingues de similares efectos. Si la wikipedia no nos vuelve a engañar, cumplió este verano los 53 añitos. Pero para mí siempre será la chica de voz frágil y susurrante que, hace ya la tira, nos cantaba la canción que hoy te traigo.


Suzanne Vega
   ¿Lo habrás adivinado al ver su foto? Habla de aquel muchacho que se llamaba Luka y que vivía en el segundo piso.

   Desde aquel disco habrá grabado media docena larga de elepés más pero, no sé, como que el chaval se había vuelto un adolescente detestable o que nosotros estábamos en otras historias. La cosa es que no la he seguido con gran atención.

   Lo cual no quita para que ocupe un lugar preferente en el apartado chicas de mi altarcito  personal. Y es raro y me hace pensar en lo raro que es a veces todo, ya que no me evoca momentos significativos ni personas importantes. Hasta, si quieres que te diga la verdad, ahora que he vuelto a escuchar la canción, me parece que no ha envejecido como yo esperaba. Y aún así...


martes, 18 de diciembre de 2012

Chicas

   Cada vez que un periodista con escasa imaginación me pregunta por los motivos de esa manía mía de estar todo el día pensando en qué escribir, mi respuesta es escueta y también, debido al contagio, falta de chispa. Pero harto clarificadora. Por las chicas.

    Ya, ya, aproximadamente la mitad de la humanidad actúa como actúa por idéntico motivo, lo que no es poca cantidad, y más teniendo en cuenta que la otra mitad está compuesta íntegramente por mujeres. Pero lo que pierdo en exclusividad lo gano en dejar las cosas claritas.




   Aaaah, las chicas. Esos animales extraños y cautivadores, de aspecto encantador y, a nada que te descuides, maneras peligrosas. De cualquier edad y condición. Señoras, perversas o dulces, elegantes o del arrabal. 

   Tienen todo el merecimiento y mi visto bueno para alojarse en el mejor camarote de nuestro barco. 

   Es más. Acabo de decidir, ya que en este lugar soy bastante omnipotente, que el resto de la semana (aunque la vayamos a hacer corta) sean las "protas" absolutas del Gulliver. Y no parará ahí la cuestión, te lo puedes imaginar. 

  Empezamos con una muchacha líder del grupo 10.000 maniacs. ¡Cuánto loco! Se llama Natalie Merchant y en esta ocasión interpreta un clásico de otra gran señora, la Patti Smith




lunes, 17 de diciembre de 2012

Píntame y bórrame y vuélveme a pintar

   Seguimos con entradas leves, con propuestas sin importancia.Según está el mundo parece lo más adecuado, ¿no?




   Hoy te quiero presentar a Mark Parrot, al que quizá conozcas de oídas ya que, por aquello de poder alimentar a sus "ninios", se inventó al Chaval de la Peca, álter ego con menos importancia aún, para que veas, que se dedicaba a versionear por verbenas de pueblo los más sonados éxitos del hoy y de siempre. El tremendo Libre de Nino Bravo, el no menos grande Abanibi. O el Dame Veneno. O el Y cómo es él del Perales, qué fuerte. O el Gavilán o Paloma o el Me sabe a Humo... Ya ves, su disco de grandes éxitos es perfecto para los viajes largos y cantados. Kilómetros y más kilómetros de España a más no poder, en más de un sentido, además.

   Luego, Mark, una vez en casa, se despegaba con cuidado la peca de la frente y componía canciones serias y muy dignas. Y seguía sin vender un puto disco. 

   Lo de su apellido de loro también pensé que era otra manera de esconderse o de mostrarse pero qué va. Y no es tan extraño como el segundo ya que su madre se apellidaba Rufias.





Vigilado por un cuervo
desplumado y viejo
que quiere robar
mi pata de conejo.

Inmovilizado estoy
por la certeza
de una aguja de reloj
clavada en la cabeza.

Sólo espero ser tocado
por la luz de tu ingenio
y en un mundo imaginado
ser tu sueño imperfecto.

Inventado con colores
que hasta ahora nunca vi
en mi cielo gris.
Moldeado por caprichos
de tu corazón
en un juego de pasión.

Si me pintas en la luna
me reflejaré en tu ventana.
Si me pintas en tu almohada
me despertaré entre tus sábanas.

Píntame y bórrame
y luego vuélveme a pintar.
Píntame, acábame
ponme dentro de tu marco
y enséñame a escapar.
Del clavo en la pared.
Del polvo en el desván.

Bautizado por tu tinta
ya no dudaría
en ser conquistador
de tu fantasía.
Todo lo que voy diciendo
suena tan sencillo
que casi no entiendo
cómo tú lo pintas.

Sólo espero ser tocado
por la luz de tu ingenio.
Y en un mundo imaginado
ser tu sueño imperfecto.

Píntame y bórrame
y luego vuélveme a pintar.
Píntame, acábame,
ponme dentro de tu marco
y enséñame a escapar.
Del clavo en la pared.
Del polvo en el desván.

Si me pintas en la luna
me reflejaré en tu ventana.
Si me pintas en tu almohada
me despertaré entre tus sábanas.

Píntame y bórrame
y luego vuélveme a pintar.
Píntame, acábame
y luego vuelves a empezar.
Píntame y bórrame
y luego vuélveme a pintar.
Píntame, acábame
y luego vuelves a empezar.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Zaz

   ¿Una canción?, ¿un juego?

   Este de hoy es un tema que me llegó hace poco, de una amiga que juega a tomarse la vida como un juego. Yo le digo que así no se vale, que el negativo de su negativo puede terminar yéndole pésimo, que los espejos enfrentados te devuelven la más cruda realidad. Pero ella sigue jugando a jugar y cuando la realidad la atiza en las narices no veas cómo reacciona de horrible. Pero no espabila, en eso debe de consistir la naturaleza humana.

   Bien es cierto que, a la chita jugando, ya casi tiene terminada una casa de pacas de paja. El aspecto de la casa no tiene nada que ver con la del cerdito que derribó de un soplido el malvado lobo. Lo que no sé es qué tal aguantará el fuego que esperemos que nunca llegue. Como mi amiga es ingeniera, también tiene eso calculado. Es una de las características de jugar a jugar, que todo se llena de reglas y se pierde un montón de frescura.

   Aunque también es cierto que jugando a la chita jugando ya tiene medio criado a Martín, un mozalbete recio como su padre, que murió sin contar él un año. Así que juega que te juega, lo ha criado ella solita. Lo que no le perdonaré nunca a mi amiga es que, en otro de sus jueguecitos, me robase el nombre que tenía yo guardado para el entonces posible hermano de la pollo Lucía. Ya ves cómo son mis rencores de locos.

   Zaz es, además del nombre de este perroflaútico grupo, una palabra que se mira en el espejo.  


  




jueves, 13 de diciembre de 2012

Vitamínico

    No hay nada mejor para combatir la resaca que un aporte vitamínico y de fructosa, que ayudan al trabajado hígado a eliminar los excesos de alcohol. En concreto y según los entendidos, las vitaminas B6, B12 y C parecen las más eficientes. Como en casi todo, otra corriente de opinión habla maravillas de los efectos del plátano, pero de eso sabes tú más.

   Dudo mucho, conociéndote, que hoy y más precisamente ahora que esto lees, te esté atacando el pertinaz "clavo", pero ya sabes que te escribo desde el pasado y nunca se sabe lo que puede ocurrir. Y mucho menos tras la asistencia a la despedida del mundo laboral de nuestra animada compañera Chus.

   Rebuscando en los archivos, lo más vitamínico a la par que "fructuoso" (si me permites otra broma gorda más) que he encontrado es el tema que te prescribo. 

   Nada menos que el gran George Thorogood con sus Destroyers. Para inyectar en vena.




miércoles, 12 de diciembre de 2012

Gooliver song

   Existe.

   Un grupo español cuyo premonitorio nombre es Los Imposibles tiene una canción que se titula Gooliver Song.

   Hoy, que se me han mezclado muchas emociones, en su mayoría tristes aunque sería de justicia decir también que son de poca monta, me parecía adecuada una canción con ese nombre. Casi nuestra banda sonora.

   Pero YouTube no es omnipotente, por más que lo parezca.

   Con lo cual, en mi estado, ¿qué coño canción te pongo hoy?

   Teniendo en cuenta, además, que llevo unos días flojeando.

   Total , que me invade la sensación de que te me vas, de que Gulliver se cansó de mis estupideces, de que iba a ser esta la única vez en la que algo me iba a durar más de siete semanas y media.

   Tomo aire, con el que intento llenar mis maltrechos pulmones y me lanzo al vacío más incierto aunque también más inocuo. Chasssh, frushhh. Toco fondo. Es blando pero confuso. Las algas me dan un poco de repelús. Se ha armado una niebla de arena y minúsculos caracolillos. Silicio en estado mineral, que es lo que más nos conviene pero es que así no se ve nada. Escudriño (que es algo que no sabía que sabía hacer) en los revueltos fondos marinos pero mis manos son de cartón, son de piedra. Las yemas de mis dedos me desobedecen y sólo buscan placer o al menos descanso.

   - Oh, prosopopeya, abandóname- me oigo desear pero nada, ni caso.Todo es pompa y boato. Palabras vacuas.

   Me agarro a algo sólido. No sé si es una rama inmersa o una raíz inhóspita. A lo lejos, allí, arriba, quizá ya en tierra firme, se oye una flauta ¿dulce? a la que acompaño con labios en U mientras va huyendo de mí el escaso oxígeno que me quedaba.




martes, 11 de diciembre de 2012

Aquell canción de Roxy


   Tiene ventajas, el Gulliver. Y una de las no menores es que andas al acecho, vuelves a pasar el dedo por los lomos de los elepés casi olvidados. Y así encuentras discos antiguos que, con placer, vuelves a oír. No me imagino si este viaje no existiera reescuchando canciones con cierta añoranza. Incluso igual hasta rejuvenece.

   La más sencilla definición, que peca sin duda también de simplista, de "clásico" dice que es algo a lo que no le cae mal el paso del tiempo.Si nos atenemos a la estética, El Zurdo, cerebro nada a la sombra de la movida ochentera está más pasado que la Chongui. Pero... ¿y su música? Seguro que tampoco se verá incluida en los dorados anales de la Historia.

   Aunque, a mí, hoy, que estoy un poco rebosando nostalgia (¡ah, lo que llegan a conseguir sin quererlo las hermanas menores!) tampoco me huele demasiado a naftalina.



  Vuela bajo hoy Gulliver. Será por la niebla que nos traerá la nieve en cuarenta días. Será porque Nines se marchó a su casa, en busca de la vida normal, y hubo que llenar su nevera y reponer fármacos. Será que su partida me ha llenado la cabeza de demasiadas cosas (la fragilidad, la soledad, el dolor, el no ser uno, como a veces iluso se cree, un dios menor con varita de hacer chas...)

   Para días así, Gulliver se vuelve tramposo y recurre a ciertas estratagemas que, al ser él el amo de las reglas, se permite realizar.

   En la época en las que escuchaba estas canciones (de Roxy Music o de LaMode, tanto da), me imagino que aún arrebatado con la lectura de algún libro de Lewis Carroll, Gulliver escribió esta chorrada.




   "Horgusía la batanara, revitando los naidos.



   - Pero, Arfín, ¿sulaste tus ruedos?



   - No, Manara, los sularé hoy.



   Manara era gabote y no remitaba las cuitas de Arfín. Arfín le feraba, eso sí. Siempre se cintaban por la baila y endisaban una cibila, o dos.



   Por eso, los ruedos musían sin sular y Manara galaba de antroños.



   - Arfín, ¿los sulaste?



   - No, Manara, los sularé hoy.



  Y la batanara horgusía con los naidos revitados y a Manara los dolindos y los limandros le pamían como daramotes moseños. Era galote, Manara. Antes de basir las modillas de su garena, se pertacó y nunca volvió a guser. Arfín lo carató y no dejó de vialar:



    - Manara basió las modillas.



    - ¿Qué modillas?- asqueraban las desellas del vablo.



    - Las de su garena.



  Y todos rejeaban y rejeaban al setarle correlar. hasta que atisaron que Manara ya no gusía y que impraba cartoso y fimbrón y no rejearon. Arfín tampoco nociaba más. Ya no endisaban cibillas y poco a poco se fue camartando.



  Un buen día, Manara se funiló. Arfín ya estaba aguerado y no lo denteó, pero todas las cambas sulaba sus ruedos no sin un poco de lacidud".


lunes, 10 de diciembre de 2012

Kepa Junquera

 

   A este fijo que lo conoces. A él y a su trikitixa, que es casi una redundancia pues Kepa es el hombre a ese acordeón pegado.

   Es también esta, como la del viernes, música espiritual o al menos muy enraizada. Ya sabes qué en serio se toman esas gentes lo de sus tradiciones y sus orígenes, en la eterna búsqueda de identidades e incluso ADNs, que ahí es nada, con conflicto y todo. Gulliver es apolítico en lo sentimental lo cual no quiere decir que sea apolíticamente correcto. Eso sí, tiene muy claro que las fronteras, desde su innominado navío, se ven sólo como pajas mentales, que son difusas, al verlas, el pequeño gran Gulliver, como recuerdos antiguos, relatos de ciego con bastón para apuntar.


   A Kepa Junquera le oímos hace unos años, en el salón que la entonces Caja de Ahorros Municipal tiene al principio de la avenida Cantabria. Estaríamos Quique y yo, quizá alguien más. Como siempre, nada más acomodarnos en los mullidos asientos, comentamos que no era lugar, quizá pensando en ibarrólicos bosques, y si además de ibarrólicos eran aquelárricos, pues mejor. Pero se obró el milagro y vimos concedido nuestro deseo ya que al poco de empezar a sonar una flauta enorme, la madre de todas las flautas, el flautón de los sueños más húmedos de Bartolo, con un timbre más que grave y lejano, desapareció el salón con toda su pomposidad y nos cubrió una cúpula de estrellas y demás astros. El mundo, sí, el mundo es lo que teníamos encima.


   Aunque no te haya sabido a poco, no me arredro e incluyo otra canción del bilbaíno acompañado por esa gran dama que es Dulce Pontes, a la que no tardando mucho traeremos de visita a este país.


viernes, 7 de diciembre de 2012

África


   Nos vamos hoy al sur del sur, donde dicen los que saben que empezó todo. Y un poco después, también fue allí que empezó la música.

   Los nombres de los países africanos tienen una bendita sonoridad. Senegal. Congo. Egipto. Tanzania. Somalia. Chad. Botsuana. Liberia.

   Sobrevolamos esas tierras en el barco sin nombre de Gulliver. Por las eternas sabanas de las jirafas y los elefantes, por los desiertos de las ratas y los duros insectos, en la lasciva selva de los monos. Ya sabes que allí el rey es el león.


   En la música africana el rey es Fela Kuti pero no es a él a quien te traigo hoy. Me parece más apropiada para este día de puente la cálida, luminosa y espiritual música de Ismaël Lo. Porque has de saber que los espíritus que no existen también nacieron allí. Hay infinidad y habitan en los troncos de los árboles. Pero sólo siete tienen nombre. Obatalá, Yemaya, Ochún, Changó, Elegguá, Ogún, y Oya. Son orishas y potencias y sus mañas no solo reciben culto en Nigeria (el negro país) sino que su fuerza tremenda se ha extendido por todo el mundo. Los puedes percibir si escuchas la radio en New Orleans o si paseas por la Muralla China. También dicen haberlos notado en Chamberí.

   Querido jefe. Hoy que la actividad de nuestras redes será menor, quizá puedas escucharlos también y sin las malditas interrupciones, intolerables, en ese tu cubículo.

 
    Tajabone es una fiesta tranquila que celebran en Senegal cuando acaba el ramadán.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Corre, corre, conejo...

   ... o vuela, vuela, pajarito.



   Calcula que tengo unos veinte minutos para perpetrar ese Gulliver. Calcula que te tengo que buscar una fotito guapa. (Ya`sta, vide supra, melancholy).

   Lo malo o lo peor es que además necesito que se me ocurra algún pedazo de vida que no te haya ya contado y me van quedando pocos. Igual obviamos. Tic tac tic tac.

   Luego, elegir canción. Que encima no quiero coger ninguna de las de la faldriquera, al creerme yo que esas ya tienen su historia acoplada, para contar despacio y con más de esmero.

   Calcula que dentro de nada (18 minutos y bajando) Charo me dirá que si no es hora de perpetrar la cena, con mi hermana de desgustadora oficial. Cena fina y saludable, que no le prescribieron pero que no sea por mi culpa que ulcere su colon, que me imagino y no quiero ni imaginarme que eso es lo que les pasa a los que tienen colitis ulcerosa.

   Desecho los pimientos y las "especies". El tomate en dosis bajas y sin elaborar. Ay, ay, ay, qué nervios. 16, 15, 14 minutos. Menos mal que hay una platusas que hacer sin mucho mérito pero con gran dignidad. Recuerda, recuerda, conejo, ¿no eran las platijas el pescado odiado? No. No. Era toooooodo el pescado pero sobre todos ellos el que va con salsa verde. Aunque creo que con la edad cambió de paladar. Me arriesgo. Además, seguro que la Pollo se divierte cuando cuentes que la platusa o platija o gallo es un pez que es como la luna, al tener los dos ojos en el mismo lado de su cara no oculta y a partir de ahí, seguro que la conversación ya deriva hacia lo astrológico o hacia lo humorístico y lo esperpéntico y lo peor es que te quedan 12 minutos. El tiempo apremia. Nada, nada, platusa.



   Cierro lo ojos. One, two, three. You need a speedy song. Couldn't you remember one? No te fíes del inglés de mi conciencia. Es todo de pega y si cuela, cuela. Siguen pasando los minutos tan rápido que el corazón se acelera quizá demasiado.

   Oh. Un recuerdo con más pinta de revelación. Como en sueños. Claro. Son los R.E.M. Rapid eye movement. Un estado del sueño en la que los ojos giran en sus globos a toda la hostia. Los párpados cerrados, tan solo se abultan sobrecogidos por un iris sediento de luz. (Ocho, siete, seis) El cerebro bulle y los sueños se multiplican.

   - ¿Qué preguntarse, en tan situación?
   -¿En qué situación?- pregunta Conejo.

   Cuatro, tres, dos...

   Es el final del mundo tal  y como nosotros le conocemos.

   Es el final del mundo pero a nosotros que nos importa.





 

martes, 4 de diciembre de 2012

Felicidad

   Un día, bicheando en youtube, encontré por casualidad este jolgorio. He de reconocer que el carácter festivo de la canción y sobre todo la trompetilla pachanguera que la acompaña no hace de esta una demostración de cultura elevada. Pero sí que habla mucho de una cierta manera de tomarse la vida.



   La perpretra el camarero para la ocasión con el horripilante nombre de Daniel Higiénico. Le acompaña al otro lado de la barra Miguelito "Lichis".

   Del Higiénico no he querido escuchar más pero Lichis es un habitual en la banda sonora de nuestros viajes dominicales a Tordueles. La Pollo se las sabe todas.
   Es el alma mater de una banda con el medio cinéfilo nombre de La Cabra Mecánica. Se hizo este grupo famoso con una canción a pachas con la grande de María Jiménez. Sí, aquella lista de la compra que nos estuvo dando la brasa todo un verano.

   ¿Por qué nos gusta a Lucía y a mí este tipo de música? Lo primero, porque son canciones cantadas en español, lo que facilita bastante su interpretación. Y también porque estas letras tienen desparpajo, su dosis de humor gordo y su poquito de poesía. Puro entretenimiento, que a veces viene muy bien. Para tomarse la vida no muy en serio, que cada vez estoy más convencido que es la manera correcta de tomarse la vida.

   Ahora Lichis se ha retirado de La Cabra y lleva un tiempo prometiendo regresar con el nombre de Miguelito, al frente de una banda de blues. Estoy seguro que no será un blues al uso, sino tirando a castizo y chulapón. 

   Mientras esperamos, te propongo esta canción, que puede tomarse como un resumen bastante exacto de su filosofía. Felicidad, así, con mayúscula.


lunes, 3 de diciembre de 2012

Las referencias

   Las canciones, hasta llegar hasta uno, recorren curiosos vericuetos, la mayoría de las veces desconocidos para mí. Sólo puedo observar el tramo final que recorren. A eso es a lo que llamo "las referencias". Otro tanto ocurre con los libros o con las películas. De hecho, tú has pasado a ser mi principal referencia en lo de las pelis y una bastante crucial con la literatura. Por lo que mi agradecimiento será eterno.

   Con la música lo tengo ahora más difícil. Siempre está mi hermano pero nuestra comunicación es... llamémosla poco fluida en estos últimos tiempos. También están otros amigos pero no es grande ahora el tiempo que suelen dedicarla, con lo que los tesoros escasean. Además, algunos se han especializado. Por ejemplo, Guillermo, ese como tú "getresero" con el que comparto a veces el desayuno, tira por el heavy más duro con lo que nuestros gustos no se solapan. He de decir, además y ahora que no nos oye, que me da a mí que es un connoisseur que torea de salón, no sé si me entiendes. Al leonés Jimmy, con el que tanto he compartido también en lo musical, le dio recién regresado a sus raíces por aprender al autodidacta modo a tocar la guitarra y aunque alguna que otra cosa me descubre, tiró de lleno por el blues clásico y a mí, para un rato me encanta Otis Redding pero... En fin, otra referencia que cojea.

   A la radio, sobre todo Radio3,  antaño fuente inagotable donde saciar mi sed musical, la tengo ultimamente un poco bastante abandonada. Empezaron a cambiarme los programas de referencia o que no coincidían sus horarios con los míos.Y es difícil engancharse de nuevo, una vez alejado.

   También he abandonado las revistas especializadas. O porque se han requetespecializado (caso de Ruta66) o porque se volvieron descaradamente comerciales (¿qué fue de aquella Rolling Stone?) o porque me abrumaban con cientos de grupillos entre los que era realmente costoso encontrar maravillas (RockdeLuxe es un buen ejemplo).

   Para empeorar la situación, El País dejó de publicar su Tentaciones, que sin llegar a ser biblia me descubrió bastante buena música.


   ¿Qué nos queda, entonces, desolado Gulliver? No solloces, no gimotees. Aún guardamos ases en la manga del esmoquin.
   Lo primero que miro cuando compro la prensa del sábado es la antepenúltima página del Babelia, donde a veces...Y luego existe esa fructífera máxima que dice que unas cosas llevan a otras, tú bien lo sabes.

   Pero se me volvieron a ir las peteneras. Ya que hoy, con esto de las referencias quería hablarte de un amigo que dejó de serlo. Y de la manera más tonta, además.
   Quique. Buena gente. Incapaz de hacer daño a nadie. Ojos tristemente azulados. Bajo, una constitución que se podría comparar a la de Xavi o Iniesta. Quizá mejor a este último, ya que la alopecia se apoderó de él bien temprano. También le gustaba el fútbol y era un estudiante muy brillante. Mira sí sería inteligente que con los mil duros (de los de entonces, claro) que su madre le daba por dejar de fumar lo que hacía era comprarse música. Siempre anduvo bien de dinero que compartía sin remordimientos. Era uno de los de la Pandilla Caribe, un verdadero loco del Diomedes Díaz del que hablaba yo hace unos días.

   Era para mí el amigo para toda la vida. Conversación ágil, variada y suculenta. Sentido del humor más que fino. Entusiasta de casi todo.
   Le conocí en el Instituto Cardenal López de Mendoza. No le iba ser de los gamberros pero con ellos iba. Y yo también, que resultaban nocivos como compañía pero de lo más divertido. Cuando salíamos a tomar unas copas y los demás entraban en la fase "vamos a pillar braguita" (así decían muy literal y gráficamente) el Quique y yo nos despistábamos y buscábamos lugares tranquilos y con buena música.

   Porque resulta que sí, Quique ha sido mi mayor fuente de descubrimientos musicales. No sé dónde encontraba semejantes grupos. Era todo un apasionado. Llegó a tener un equipo con unos altavoces que se posaban en unas bases que pesaban un huevo,  compuestas de cinco capas de diferentes arenas, para evitar las vibraciones creo yo.

  Después de tanto describir, se me ha olvidado decirte su característica más notable, que, como otras veces, sospecho que ya puedes haber adivinado. Quique era un tremendo tímido. Y eso fue lo que le mató, en cuanto se refiere a su relación con nuestro mundo.
   Empezó a alejarse como por fases, por grupos. Le hartaba Nacho, le aburrían las gracias de  Carlos, le molestaba la prepotencia de Pepe... me lo iba contando y yo, mucho antes de que ocurriese, ya me temía que no iba a tardar en llegar el momento en que el que le aburriese, le molestase y le hartase iba a ser servidora. Y así fue. Le estuvimos dando la brasa ni se sabe la de tiempo. No contestaba a las llamadas, huía de nuestros recorridos como de la peste. Después se fue a trabajar a Madrid, cerca del Calderón. Me consta que lo pasó mal. Salía poco y cuando lo hacía era con sus primos, que tenían quince años menos que él. Le veíamos poco y era conversación obligada en todas las reuniones. Después no adelgazó, enflaqueció. Se dedicó al deporte al máximo. Cientos de largos diarios en piscina olímpica. Gimnasio y más gimnasio. Y un par de años más tarde, senderismo de riesgo. Estaba cadavérico pero fibroso. Ni quiero imaginarme cómo las pasaría en una movida por el Nepal, en la que en la segunda de las ocho etapas programadas le dio el mal de altura y tuvo que ser abandonado por sus compañeros a más de cinco mil metros de altura y con un sherpa que no sabía inglés. Ah. El bueno de Quique. Hace años que ni le veo. Pero aún cuando ya estaba toda la comunicación con todos más que rota, no dejaba de mandarme de ciento en viento un correo electrónico, prácticamente compuesto con largas listas de lo mejor que había oído y visto, ya que también era un cinéfilo de cojones. Decenas de referencias que encima comentaba, sí, escuetamente, pero que a mí me sabían a gloria bendita. Luego, también era previsible, los correos empezaron a espaciarse en el tiempo y... ya te digo, años sin saber de él.

   Así que la canción que hoy incluimos quiere ser un pequeño homenaje a tan sana persona, con el deseo grande de que le vaya muy bien.

   ¡Señoras, señores! ¡Con todos ustedes... los Violent Femmes!