miércoles, 5 de diciembre de 2012

Corre, corre, conejo...

   ... o vuela, vuela, pajarito.



   Calcula que tengo unos veinte minutos para perpetrar ese Gulliver. Calcula que te tengo que buscar una fotito guapa. (Ya`sta, vide supra, melancholy).

   Lo malo o lo peor es que además necesito que se me ocurra algún pedazo de vida que no te haya ya contado y me van quedando pocos. Igual obviamos. Tic tac tic tac.

   Luego, elegir canción. Que encima no quiero coger ninguna de las de la faldriquera, al creerme yo que esas ya tienen su historia acoplada, para contar despacio y con más de esmero.

   Calcula que dentro de nada (18 minutos y bajando) Charo me dirá que si no es hora de perpetrar la cena, con mi hermana de desgustadora oficial. Cena fina y saludable, que no le prescribieron pero que no sea por mi culpa que ulcere su colon, que me imagino y no quiero ni imaginarme que eso es lo que les pasa a los que tienen colitis ulcerosa.

   Desecho los pimientos y las "especies". El tomate en dosis bajas y sin elaborar. Ay, ay, ay, qué nervios. 16, 15, 14 minutos. Menos mal que hay una platusas que hacer sin mucho mérito pero con gran dignidad. Recuerda, recuerda, conejo, ¿no eran las platijas el pescado odiado? No. No. Era toooooodo el pescado pero sobre todos ellos el que va con salsa verde. Aunque creo que con la edad cambió de paladar. Me arriesgo. Además, seguro que la Pollo se divierte cuando cuentes que la platusa o platija o gallo es un pez que es como la luna, al tener los dos ojos en el mismo lado de su cara no oculta y a partir de ahí, seguro que la conversación ya deriva hacia lo astrológico o hacia lo humorístico y lo esperpéntico y lo peor es que te quedan 12 minutos. El tiempo apremia. Nada, nada, platusa.



   Cierro lo ojos. One, two, three. You need a speedy song. Couldn't you remember one? No te fíes del inglés de mi conciencia. Es todo de pega y si cuela, cuela. Siguen pasando los minutos tan rápido que el corazón se acelera quizá demasiado.

   Oh. Un recuerdo con más pinta de revelación. Como en sueños. Claro. Son los R.E.M. Rapid eye movement. Un estado del sueño en la que los ojos giran en sus globos a toda la hostia. Los párpados cerrados, tan solo se abultan sobrecogidos por un iris sediento de luz. (Ocho, siete, seis) El cerebro bulle y los sueños se multiplican.

   - ¿Qué preguntarse, en tan situación?
   -¿En qué situación?- pregunta Conejo.

   Cuatro, tres, dos...

   Es el final del mundo tal  y como nosotros le conocemos.

   Es el final del mundo pero a nosotros que nos importa.





 

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