miércoles, 11 de noviembre de 2015


   Se nos hizo allí de día.

   Se nos hizo de día y nos dolían todos los huesos por la innatural postura mantenida. Y por el frío relente. Pero no por ello había acabado el amor. Así que nos vestimos medio pudorosos pues ya pululaba la gente por las calles próximas al río. Aunque juraría que nadie se percató. 

   A casa no nos fuimos así que sabe dios dónde iríamos a parar.








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