lunes, 20 de julio de 2015

Derretido

   Después de este parón estival lo normal es que Gulliver volviese con fuerzas renovadas, con ideas frescas, raudos los dedos al teclear. 

   La otra opción sería el desenganche total pero esa no nos la podemos permitir. Así que a ver cómo lo hacemos. 



   A ver cómo nos lo montamos además, si estamos sumergidos en esta llama eterna que nos ha llegado desde el mismito centro del cambio climático y que amenaza con no abandonarnos jamás. Dudo si sudar a chorros o a mares pero de ninguna de las formas ello ayuda a mi de natural fluido escribir. 

   Y tampoco contribuye lo más mínimo el hecho de haber dejado la tarea para los últimos días, típico por estos lares, coincidiendo las fechas con las de la Patrona del lugar, Virgen del Carmen, a la que ayer honramos en procesión pero que nos tiene con los horarios descabalgados y los pensamientos aturdidos, debido quizá esto último a las libaciones que la celebración aconseja. 









No hay comentarios:

Publicar un comentario