Tanta palabra y hoy me he quedado sin ninguna. Así que, coherente, lo dejaré estar. Te pongo, eso sí, canción.
Recomendación, nada más y nada menos, que de mi camarera preferida. Es lo menos heavy que escucha. Se cree, por ello, que a mí me pueda gustar. O eso o que se piensa que me parezco al gordito de la guitarra. La pobre. No sabe cómo quererme.