lunes, 24 de noviembre de 2014




   Cuanto mejor crees conocerte, mayores  y más profundas se hacen las lagunas de  tu ignorancia. Quizá sea por ello que nuestro Marino se va volviendo a cada poco más loquito. No hay quien le siga. Lo mismo te dicen que creyeron verle paseando por el Puente de Hierro que cantado "bluses" en el Mercado del Val, a las imponentes puertas de la Iglesia de San Benito el Real, a la hora del ángelus.

   [¿Será posible? Ayer alguien sin malas intenciones me hizo creer que el Mercado del Val se llamaba de San Miguel y la iglesia era la de San Nicolas. Y lo peor es que me lo creí sin discutirlo.]

   También ha sido visto bien entrada la noche con aspecto de que ni él mismo supiera muy bien dónde se hallaba. 

   Y todo eso, estoy seguro, por no comprarse un plano de la ciudad.



   






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