martes, 16 de septiembre de 2014
La racha
Habían pasado doce días y ya habíamos agotado las breves vacaciones. Esta vez estaba yo en el porche de casa, leyendo algún suplemento atrasado, cuando llegó el mensaje. El emisor era otro amigo común y la primera pantalla anunciaba la muerte de la madre de... Le di con el dedito al cristal para que las palabras siguieran fluyendo y casi no me lo podía creer cuando vi que el afectado era el mismo gran amigo de días antes. En el mensaje se decía que Rosa (su mujer) nos conminaba a no llamarle, por ser así el deseo de nuestro amigo. Le agradecí al amigo común el aviso, comentándole sobre la pésima racha. Y me quedé pensando mucho rato.
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