jueves, 6 de agosto de 2015

   Y así me es difícil precisar cuándo fue nuestra segunda cita. Imaginaremos que las chicas le invitaron a tomar un café a su casa. Que llegó puntual. Que ellas estaban jugando al parchís y le ofrecieron que eligiese pareja. Que ganó la partida. Que quizá le dejaron ganar. Que toda la casa olía a café. A café y a la chicas. 











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