miércoles, 19 de agosto de 2015

Cachitos de hierro y cromo


   Se intercambiaban libros y discos, la muchacha parisién y el Marino. Y luego se llevaban frases de los libros subrayadas. Y canciones en el walkman (sí, y eso que tampoco ha pasado tantísimo tiempo). Y al poco, claro, se enamoraron.








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