Todos le han advertido de nuevo. Que no se puede andar jugando con los deseos, que a veces toca, que no sabe el muchacho ni lo que pide. Pero El Marino vuelve a hacer caso omiso. Los consejos, ay, los consejos.
Así que se prepara para zarpar a otras aguas. ¿No te da un poco de miedo, Luis?
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