Con Arturo no había noche en la que, cuando mejor nos lo parecía estar pasando, se te acercaba a la oreja, todo sudado. Subaba mucho Arturo. Era otra de sus virtudes. El pobre diablo. Coco le llevaba hecho un pincel (incluso le echaba la colonia) pero ni aún así. La cosa es que, llegado ese momento de la noche en el que más estabas disfrutando, te agarraba el cuello con el brazo y pegaba su boca a tu oreja. Y te soltaba siempre el secreto mejor guardado. "Ya verás cuando quedemos con 'las chicas"". Decía "las chicas" así, el tío, entrecomillado. Pero como estábamos pasándonoslo tan requetebién no le hacía yo mucho caso.
miércoles, 4 de febrero de 2015
"Las chicas"
Con Arturo no había noche en la que, cuando mejor nos lo parecía estar pasando, se te acercaba a la oreja, todo sudado. Subaba mucho Arturo. Era otra de sus virtudes. El pobre diablo. Coco le llevaba hecho un pincel (incluso le echaba la colonia) pero ni aún así. La cosa es que, llegado ese momento de la noche en el que más estabas disfrutando, te agarraba el cuello con el brazo y pegaba su boca a tu oreja. Y te soltaba siempre el secreto mejor guardado. "Ya verás cuando quedemos con 'las chicas"". Decía "las chicas" así, el tío, entrecomillado. Pero como estábamos pasándonoslo tan requetebién no le hacía yo mucho caso.
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