Habrá que seguir poniendo tonterías, por más que digas que no hace falta y que no es necesario. Tendrías que suplicar, arrastrándote a mis pies, pedir tu ración diaria, implorar que quieres más y más y más y vas y me sueltas que no es ello necesario. Gulliver pilla o no pilla, amigo, no se valen medias tintas.
¿Qué pensarían sino Moca y P y Armando y María y tantas y tantas otras personas que se han dejado aquí un cachito de su piel?
¿Con qué ímpetu va a remar el galero marinero, con qué fuerzas, con qué espíritu va a romper el muchacho naviero el viento con sus velas?
Mas está hecho de acero El Marino. Aunque muchas veces crea ser de fácil derretir. Y se tenga por un cobarde y por un flojo. Y diga eso de que tiene toda la fuerza de voluntad porque aún no la ha estrenado.
Aun en días morcillones y tardes presuntas. En las que, francamente, tampoco da el Gulliver para mucho más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario