Te mentiría si dijese que ayer no me metí a ojear un capítulo del Miami Vice. Con ver la entrada ya tuve suficiente. Y lo que son las cosas. Lo que antes lucía con vivos colores brillantes, del más puro neón, ahora, birlibirloque, aparecía desgastado, como en el anuncio del detergente y los payazos. También las pelis adquieren, van adquiriendo, se ve, ese tono sepia con su mero transcurso. Jo, como la vida.
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