Supongo que todo el mundo lo sabe pero, como decía la retrechería, nadie hace nada por evitarlo.
Es raro sufrir este viento aquí, que somos más del "norte". "Ya ha salido el Norte", y a joderse de frío.
Pero últimamente, ya conoces los cambios climáticos, nos visita con inusual frecuencia. Y monta una revolera que levanta bolsas y papeles del suelo (qué sucios somos), que bufa por las ranuras, que maltrata las cuidadas permanentes de las señoras de edad, tan genuinas de esta ciudad. Y a todos nos vuelve un poco majaras.
Si, además, sopla en días tan de principio de primavera, los efectos se multiplican, creciendo las posibilidades de que los propensos traspasen los umbrales de lo socialmente admitido. Se dan casos.
Aunque en la mayoría no llega la cosa a mayores, imagínate si no.
Te pongo un ejemplo. Pero lo leerás mañana, que hoy no me dan los relojes más cuartelillo.
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