Me dicen que ha venido Simbad. Yo no lo sabía, así que no he salido a recibirle. La gente que no le conoce, que tan siquiera ha osado acercársele a unos metros, viene a mí y me regala noticias de lo más variopintas. Las más, cruentas, crueles. Los que con él se codean bien sé yo que no van a soltar prenda. Nos quedaremos, así pues, sin saber.
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