Pero vayamos a lo prometido, que es deuda. Aunque esté uno un poco hasta los huevos del hartón que se ha pegado hoy al teclado. A ver si va a ser adicción y me pasa como al burro del gitano.
Ejemplo paradigmático de los efectos que el Viento del Sur
provoca en las personas, animales, plantas y cosas.
Como tengo coche con motor viejito pero aún vigoroso, me suelo poner en el carril de la izquierda, con la intención de llegar antes a casa. Siempre les hay con la misma intención y un motor más potente. Pero bueno, siempre existe la organización y no suele llegar la cosa a mayores.
Los días de Viento del Sur lo que ocurre es que se agudizan los comportamientos, tanto los desviados como los conforme a la norma. Y así, cuando llegas al desvío de San Agustín, que es que cojo para llegar a mi queo, puedes observar dos conjuntos perfectamente disjuntos de vehículos. El uno compuesto por elemento que si ya no te han adelantado les falta un suspiro y el otro, una masa amorfa, como un espejismo de desierto, ocupando una parte mínima del espejo retrovisor.
-_-_-_-
Al final va a ser adiccion. Mondovino.
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