Llegados a este punto de la cuestión, son variadas las soluciones que, noche a noche, se me ofrecen. He llegado al desespero de ocurrir que me diese de nuevo por entrar al edificio, por revisar las cámaras de seguridad o por ordenar mis recuerdos, y terminar de nuevo perdido por ascensores, pasillos y desvaríos. Una auténtica desesperación. Esos son los días en los que más dura el sueño.
Aunque lo normal es que opte por, sabiendo de mi mala memoria, peinar la zona a la caza del auto. En esta busca suelo ir también acompañado pero siempre de conocidos que nada tienen que ver con mi ecosistema laboral. No me lo explico. Dependiendo de la ocasión, registramos el área por zonas. Existen varias y dependiendo de la noche visitamos una o más. Yo las he llamado zonas a, b, c y c1.
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