Así que no se entiende esa resistencia invisible que se me planta enfrente y por más que pugne yo, hecho un carnero, contra ese muro, lo único que consigo es agotarme con el esfuerzo.
Si creo haberte dicho alguna vez que hay que dejar a la vida transcurrir. Que no hay necesidad de estar todo el día con el ojo pegado.
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