Luego he pensado, sin querer, que imagínate que no te gustase pero que nada esto que escribo, o cómo lo escribo, la temática, el estilo, el tono, el vocabulario, qué sé yo. O la falta de todos ellos. Y que como un cierto cariño sí que me debes de tener, por el hecho de no herir mis sentimientos, siempre tan a flor de piel, optases la primera vez por un silencio respetuoso, una sonrisa cómplice que yo, como siempre, no llegase a captar. Y luego te pensases: "Bueno, ya se cansará. Seguro que en unos días lo deja". Como hubiera sido lo normal, que soy la inconstancia en esencia.
Y luego, ya, según la cosa fue alargándose en forma de lío ya no viste ocasión, ya no fuiste capaz ,ya que pensaste que el daño iba a ser mayor. Si total...
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