La música más pop es frecuentemente utilizada como banda sonora de anuncios publicitarios. Existen autores (ahora me acuerdo de Manolo García) que se niegan en rotundo a lo que para ellos es un abaratamiento de su arte. Yo no lo veo así. Siempre que la canción sea bonita y el anuncio tenga su aquel. Como creo que es el caso del tema que te propongo hoy.
Es de Herman Dune. Y es optimista, colorido, chisposo. Del vídeo se puede decir lo mismo. Ya, buenismo total. Creo que sirve para publicitar una marca de cerveza. Sí, Luis, aunque a mí la palabrita no me gusta nada, San Diccionario de la RAE la incluye. Y así no repito "anunciar". También parece promocionar una zona, tipo postal Adeco Cap de Creus.
Además de ponerme cuerpo blando y así enamorarme fácil de la chica de la peli (por enamorarme casi hasta me enamoro del chico también), esta canción me viene de perlas para lo del (oficio-oficio) escribir aunque sean unas pocas líneas (cuatro, que se decía antes). Y es que este era uno de los temas que mi sobrino y su desde entonces esposa amada incluyeron en un disco que nos regalaron para la celebración.
Rubén Aarón Hoyuelos |
Ya te digo, buena fiesta. Comimos platos ricos en la chopera de una casa rural llena de patos mudos (sí, patos mudos, existen como especie, y además, aquí el veterinario eres tú). Cerca y también propiedad de los viejos hippies dueños del establecimiento existen unas aguas termales de las que pudieron disfrutar los invitados que acabaron menos borrachos que yo.
También jugamos al futbolín (algo que tendría que ser obligatorio en todos los acontecimientos de este cariz). Bailamos fuerte. Y aquí, merece mención especial la madre de la novia, quizás se llamaba Mercedes, señora y andaluza, por ese orden y con el ritmo por lo cuatro costados.
Esta que incluyo es la portada del plan de acción que nos entregaron nada más llegar a la plaza Mayor del Burgos de tus dolores, en cuyo ayuntamiento se ofició la parte más seria del asunto. Mira si sería seria esa parte que hasta mi querida hermana Bego leyó, emocionada, un par de páginas que llevaba preparadas para tal fin. Había que ver la cara que, mientras tanto, se le iba poniendo al vástago.
Como cacho entre literario y vital (incluso de promesa de amor eterno) del plan de ataque, incluían un par de párrafos de El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano.
"Cada persona brilla con una luz propia entre todas las
demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos
chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno,
que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire
de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman;
pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos
sin parpadear, y quien se acerca, se enciende".
Pero volvamos a lo nuestro, que es este Gulliver que nos acompaña por el mundo de la música.
Estábamos con lo de la canción-spot incluida en el disco-regalo de boda de mis sobrinos del alma. En ella es bastante protagonista el ladilla del Adriá, que no se perderá ni su funeral, y hace un cameo mi canon de la belleza española, la pequeña y preciosa Elena Anaya. El título no podía ser otro. I wish that I could see you soon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario