jueves, 15 de noviembre de 2012

La folie (mi pie izquierdo)

   Lo malo de no saber idiomas es te quedas convertido en un ignorante, en eso que ahora llaman un analfabeto funcional, como si hubiera otra clase de analfabetos. Aunque ahora que lo pienso y a la vista de la excelencia de muchos de nuestros políticos...
   Lo bueno de no saber idiomas es que siempre se pueden dar malentendidos propiciados por esa ignoracia y hay malentendidos que se aproximan un poco a la poesía.
   No es el caso pero...

   Te escribo con mi pie izquierdo. Ya se nota. El otro harto tiene con mirarse al ombligo y lamentarse de sus dolores y sus hinchazones. Es, ahora más que siempre, un inútil perdido. Es el pie izquierdo el que lleva toda la carga vital de este Gulliver que escribo a escondidas pues nos sobran motivos para una huelga general. Lo malo de hacer de la huelga general algo casi cotidiano es que siempre sale el ministro del ramo a decir que esta es una huelga general muy normalita, nada del otro mundo. X detenidos e Y heridos. Como diciendo, os jodéis que no me jodéis. Si al menos organizaseis algo..., qué se yo, con un par de muertos. Pero montar una segunda huelga general en el mismo año... ¿Total para qué?

Moncho
El Telas
   El martes, de regreso de inmovilizar mi pie inútil, paramos mis compañeros de frontenis y una servidora en la cantina del pueblo, a festejar que un esguince no es una rotura de ligamentos y mucho menos una fractura ósea. Mi cuerpo, cuando no se comporta como habitualmente hace, me da mucha grima. Y te juro que ayer dibujé con el pie por un lado y la tibia y el peroné por el otro un perfecto ángulo recto. Por dos veces, además, la segunda por aquello de las comprobaciones empíricas. Aguantando en ambos casos los 110 kilotes de mi inmunda humanidad. En la cantina, ya cerca de las doce, quedaban dos personas. Un vecino muy izquierdista (pero que mucho, no se cansó de amenazarnos) que viste como un dandy pero que se coge unas inmensas crisis de ansiedad ya que se dedica a materializar los despidos masivos de las empresas que le contratan. No va partiendo piernas para que los hasta ese momento trabajadores no se aproximen a sus empleos, sino que monta el marco legal para que no se acerquen aunque quieran. Le da requetepena, eso sí. El otro, lógicamente, era el camarero, que a la vez es propietario. Un chaval de unos veinticinco con una vida dura de un montón de hermanos huérfanos de muy jovencitos, de muchos de los cuales ha tenido que hacer de padre y muy señor mío, a la vez que se iba sacando la carrera de Derecho y se forjaba un porvenir. Se llama Nono y es un chaval bien majete que además de la cantina, lleva las sucursales del Banco de Santander en Cardeña y en Lerma, todo a pachas con su socio y amigo del alma Jorge. De mis compañeros de sudores te contaría y no pararía pero esbozaré dos apuntes que no vienen mal para lo que quiero contarte. Por una parte está Moncho, que es dueño al 50% de una empresa de esas que no sabes muy bien a qué se dedican por más que en los cristales del escaparate y en las tarjetas de presentación lo expliquen ampulosamente. Análisis de oportunidades, puestas en valor y demás mandangas, sobre todo si terminan en -ing. Al otro le conozco desde los 14 años. Pésimo estudiante, el pinta de la clase, duró un año en el instituto antes de que le mandasen para casa. Se llama Félix y hace mucho tenía una tienda de retales y desde que se casó con Elba (comandante puro y duro) tiene una tienda de telas. Aquí te los presento.
   En total, cinco, que viene bien para evitar empates. Hablamos de los cacos de Cardeña, de mujeres (siempre hablamos mucho de mujeres), del fin de semana de fiestas donde hubo una tremenda pelea entre (y aquí abro la horquilla) los 30 que me indica Nono y los 150 que me dijo Pilar Industrias. Y, para no alejarnos nada de la más absoluta previsibilidad, terminamos hablando de la huelga.
   Una somera ojeada sociológica al grupo ya nos haría prever los resultados. Dos empresarios, de pyme, sí, pero empresarios, un autónomo con establecimiento, un izquierdista pero que muy izquierdista por más que a los ladrones de Cardeña los mate, si con él se cruzan, o viceversa, admitió la posibilidad, izquierdista bastante pirado, grandón, con ataques iracundos y corbata y cubata de JB. Y, claro, una servidora.
   Y de repente me vi rodeado de discursos. Sí, de discursos, que hasta se pedían la palabra y aportaban datos que, date cuenta, no conoce ni un cinco por ciento de la población. Y bueno, para no largar más al Gulliver, y por aquello del no molestar, me terminé callando y pensando que soy gilipollas, lo cual no tiene mucha importancia, a estas alturas de curso.

   Empiezo a escribir de huelga y acabo en día de baja médica y contigo ya en los adririberas. Ya lo habrás notado por el rumbo tan de sopetón que ha tomado la anterior historia. Pero no quiero que, mientras el tiempo lo permita, te pases ningún día laborable si tu Gulliver, lo cual no sé si suena a amenaza, que es probable que sí.

   Así que al grano, Jose. Hoy traigo a los Stranglers, grupo ochentero que en aquella Segovia nos sonaba muy rompedor. Lo bueno de no saber idiomas es que eres libre para pensar. Yo siempre pensé que folie quería decir hoja en francés. Así que año tras año, cuando llegaba el otoño y no me daba la patarrancadepresiva, me ponía bien puesta esta canción. La folie.
 

   Y resulta que folie significa locura. Qué cosas.
   De este grupo quizá te interese otra canción. Se llama Spain y gran parte de su letra la ejecuta la hija del Dictador con su celebérrima felicitación de navidad. "Yo deseo que todos los españoles tengan una casa alegre con cariño y con juguetes. Y por eso envío un beso a todos los niños del mundo". ¡Qué locura!
  





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