viernes, 8 de marzo de 2013

El Delgado Duque Blanco cabalga de nuevo (un breve homenaje)


   Lleva ya unos días en el mercado (¿en cual coño mercado?, ji, ji) el nuevo e inusitado disco del Delgado Duque Blanco. Pese a superarnos en edad y fortuna, también lo intenta en alegría y entusiasmo. Así que no podemos defraudarle, ni esperar más en el Gulliver sin que nos acompañe un ratito. O dos.




   Ya que después del vídeo del nuevo single, me apetece escuchar algo de su Aladine Sane. Voy a ver qué elijo.


   Al final, te enchufo los 43 minutos del álbum y me quedo tan ancho. Eso sí, si te apetece hoy trago corto, vete el minuto 9:35, por ejemplo.



   Sí, la edad pasa para todos y se pierde por el camino energía. Ya lo dice el sabio cartujo, "morir tenemos, ya lo sabemos".

   Hoy, día breve, toca teoría anodina.

   ¿Por qué se vuelve loco el Tron cuando llegamos a casa? Posible explicación

    Partiendo de la más evidente de las soluciones, que no es otra que nos quiere con un amor y una pasión tal, que bla, bla, bla... y huyendo como de la peste de las respuestas fáciles y maniqueas, se me ha ocurrido a mí que puede ello deberse a poseer entre sus virtudes, los cánidos, la de tener una memoria retroactiva de escaso tramo. No alcanzan a recordar, por lo tanto, que siempre que nos hemos ido, hemos terminado volviendo, con lo que su angustia vital tiene que ser de la repanocha, por momentos. Llevo unos días observándole, al Tron, para comprobar al empírico modo mis suposiciones. Él me mira con ojos preocupados o quizá no le dé más importancia. Pero no me soluciona la papeleta. Ahora que Charo y Lucía se fueron a la pelu, compruebo que, de tanto en tanto, se levanta de su camastro y se da una vuelta por toda la casa. Parece buscarlas. Pero ¿quién sabe?

   Otra de mis absurdas teorías viene muy bien explicada en la siguiente imagen.






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