Algunos de ellos aparecerán por aquí como de visita, con sus mejores galas. Otros no habrán sido más que chispazos en las sinapsis, en muchas a la vez, bien es cierto, pero cuyo sentido no nos ha dado tiempo a adivinar. Los recuerdos perdidos.
Pero habrá que regresar al principio. El Marino arriba a su nuevo lugar sin sirenas y corto de equipaje ya que mucho allí no cabía. En el último momento, se acordó de coger un póster enorme, en blanco y negro, de Camarón pero que muy en blanco y negro. Como en su camarote no entra ni atravesado, lo coloca en el pasillo, que tiene bien de metros para decorar. Quiere su maldad que vaya a clavarle con tachuelas encima del mueblecito que alberga el teléfono, con lo que tanto Coco como Arturo se chocan con un exceso de duende, nada más abrir la puerta de su nido de amor. Sí, Luis, somos animales territoriales y hay que ir meando hasta en las esquinas que te importan un carajo, no vaya a ser.
Y viene a cuento, o no, lo del enorme postercito.
Se nos ha ido otro de los grandes, grandes. Andamos estos días de luto. Unos más que otros. Se nos fue Paco de Lucía a tocarle a Dios, si este tuviese la desvergüenza de existir. Mentiría si dijese que mi hija se llama así en su honor. No descarto que por esas y otras casualidades, sí que tenga que ver algo en el asunto la facción portuguesa de ambos, de ella y de él, pero sería ya rizar el rizo asegurarlo aquí.
Y viene a cuento, decía, cuando todas las radios se han postrado a los pies del artista. Incluso aquellas que en la puta vida han emitido un toque suyo.
Pero al final, la necrológica que más me gustó fue la de un arrebatado, en Radio3. Todos babeaban ante la inmensidad del genio. Y él no podía estar más de acuerdo. Lo más grande del flamenco, en siglos, lo más grande del arte y la cultura. No podía estar él más de acuerdo. Y para dejarlo meridiano, no podía menos que gritar: ¡Que viva Camarón!
GUATEMAI
ResponderEliminarGUARIFO
Voy a leer este cuaderno de bitácora desde aquí, que patrás hay mucha letra Se puede ¿no? ¿o qué? Se te ha subido una rata al barco.