Así que seamos breves pero confusos, como dice un amigo mío. Y volvamos al jardín, y esto ya se acerca esto a la mariconada, tanto brotecito y tanta vaina.
Pero es que no veas cómo está la parra de botones a punto de reventar, no veas como está el begonio.
El begonio no es un begonio, ya te imaginarás. Es una forsythia pero que tiene hincadas sus raíces en un poquito de las cenizas de mi hermana y me da a mí que ella la alimenta y se pone contenta ya que le encantan las flores amarillas. Luego me doy cuenta de que mi hermana está muerta pero eso es lo de menos. Me sirve para acordarme de ella. Como que hicese falta nada para que me acuerde de ella.
Hala, Luis. Ya me puse peripatético.
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