La consideración de gran tímido tiene, como vamos a intentar demostrar aquí, una serie de virtudes. La más evidente es enternecer a las posibles suegras de que allí dentro, debajo de todos esos arreboles y titubeos, en el cogollo de la cebolla, palpita un alma. Otra, no tan palmaria, tiene lugar cuando por la misma acumulación de timidez se sobrepasa el umbral máximo, dándose en ese caso la conocida figura del "ya qué más da todo". Suele acaban con el gran tímido subido en la barra del bar y a punto de bajarse los calzoncillos. Se recomienda solo en ocasiones muy especiales. Y sin posibles suegras a la vista.
Una tercera ventaja del gran tímido es que está obsesionado en conocer a gente. Una vez conocidas las personas, dan menos pánico, siempre y cuando vengan en grupos de menos de tres. Si no, el pánico es similar.
Una ventaja de vivir en Segovia es que es una ciudad que no se aleja significativamente de la media de bares por metro cuadrado de España. La ventaja de los bares de Segovia es que suelen tener camarera. Yo también lo haría, en el improbable caso de ser el amo de una de esas barracas-vertederos de amor. Un conocido empresario del sector llegó a hacerme la confidencia de que él no hacía trabajo fino de recursos humanos. Lo que él hacía era casting.
Una de las ventajas de todo lo anterior, para el gran tímido, es que puedes hablar con personas sin que medien presentaciones. Y lo que al principio era un frío y aséptico "ponme una caña, por favor, maja", al cabo de los días y sobre todo de las noches podría llegar a convertirse en el comienzo de una amistad.
Sí, Luis, salí con tres camareras en Segovia. Tendrán sin duda su lugar y sus días en este vademécum del sexo, la repanocha y el frenesí, pero hoy solo quería apuntar el hecho. Como mera curiosidad.
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Nota del procesador de textos
En nuestra última entrega, me pareció que una canción le podía gustar a tu hijo Arturo. Entretenimiento puro y duro, ganas de compartir solamente. Saliste del despacho y me dijiste que se la habías mandado. Te ibas tú también a la provincia esa mañana y no nos veríamos hasta hoy, lunes. ¿Qué fueron, siete segundos? En ese brevísimo intervalo de tiempo, no sé qué ocurrió, ¿un destello en la mirada, un movimiento enérgico de manos? En cuanto vine a casa me puse otra vez la canción. Y la verdad es que le va perfecto. Con lo cual, queda demostrado que una sección como la muestra, de tan solo dos unidades, puede llegar a unos niveles de interactuación, de suma de potencialidades y, sobre todo, de valor añadido, de la madre que lo parió. Que viva la SATA, Luis.
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